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Una paciente y su madre luchan juntas contra el cáncer colorrectal

En este blog colaborativo, Nicole y Chris, una hija y una madre, cuentan sus experiencias cuando a Nicole le diagnosticaron cáncer de colon y cómo los sombreros temáticos les levantaron el ánimo. 

Nicole: Una llamada que cambió mi vida

Era el 1 de marzo de 2021 cuando recibí la llamada que cambiaría mi vida para siempre. "Tienes cáncer de colon en etapa IV" (¡Irónicamente, la llamada fue el comienzo del Mes Nacional de Concientización sobre el Cáncer Colorrectal!). Tenía 47 años: era esposa, hija, hermana, amiga, madre ocupada de tres hijos y disfrutaba de mi carrera como maestra. 

A fines de enero, comencé a sentirme cansada y sin aliento. Tenía una tos que no se me quitaba y dolor en el pecho. Fui a mi médico de cabecera y me pidió algunas pruebas y análisis de sangre. La única respuesta a mis síntomas fue que mi hemoglobina estaba baja. Después de unas semanas tomando suplementos de hierro, mi hemoglobina estaba más baja que antes. Estaba sangrando en alguna parte, pero ¿dónde? 

Mi médico me envió a un gastroenterólogo por una posible úlcera sangrante. Me pidió una colonoscopia y me dijo: “Bueno, ya tienes casi 50 años y ya te darán de alta, así que haré una colonoscopia”. Acepté de mala gana. 

Me desperté con las palabras: "Tienes un tumor en el colon y estoy bastante segura de que es cáncer". Más pruebas y exploraciones revelaron que estaba en etapa IV, con metástasis en los ganglios linfáticos y el hígado. Apenas dos semanas después, recibí mi primer tratamiento de quimioterapia. Estaba en shock por lo rápido que estaba sucediendo todo esto y tenía miedo. 

Chris (la mamá de Nicole): Una llamada que no quieres recibir

En marzo de 2021, recibí una llamada que ninguna madre quiere recibir: "Mamá, tengo cáncer de colon en etapa IV". Todavía puedo escuchar esas palabras en mi mente: la conmoción y el entumecimiento que sentí fueron insoportables. Solo quería rodear a mi hija con mis brazos y abrazarla tanto como pudiera. 
 
Doy gracias a Dios todos los días por haberme jubilado. Estaba decidida a que ella nunca pasara por ningún tratamiento sola. Su marido necesitaba trabajar; los niños requerían atención. La vida tenía que continuar fuera de las puertas de esos tratamientos. Yo estaría allí aunque fuera para sentarme y hablar o (su preferencia) estar en silencio para que ella pudiera descansar. 

El primer tratamiento de quimioterapia fue brutal y deprimente para todos nosotros, ya que estaba muy enferma. Apenas podía caminar. Yo me estaba muriendo por dentro y rezaba: “¡Por ​​favor, ayudad a mi bebé!”. 

Después de ese día horrible, me fui a casa y lloré, y sabía que no podía quitarle esto. Así que decidí que lucharíamos contra esto con todas nuestras fuerzas y que le haría sonreír en los días de quimioterapia tanto como pudiera. Así nacieron nuestros días temáticos.

Nicole: Aprovechar al máximo cada día

Estoy segura de que no es así como mi madre planeaba pasar sus días de jubilación. Tengo quimioterapia cada dos semanas y, aunque es un fastidio, lo aprovechamos al máximo. 

Mi mamá comenzó a hacer gorros con temas para el día de la quimioterapia. Cada día de tratamiento tiene un tema nuevo: deportes, enseñanza, festividades, mis cosas favoritas en la vida. Las enfermeras y el personal se emocionan cuando nos ven llegar, y nuestra familia y amigos esperan ansiosos la revelación en Facebook del tema de la semana. 

La vida es corta y debemos aprovechar al máximo cada día y momento. 

Chris y Nicole: juntos

Hemos logrado que estos días sean un poco más alegres con estos sombreros temáticos. El futuro es incierto, pero traeremos algo de felicidad a medida que todos emprendamos este viaje juntos. Nicole dice: "El cáncer es solo un capítulo en mi vida, no es mi historia completa".

 

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